SOLILOQUIO AL PRÍNCIPE DEL TOREO

 

Texto: Beatriz Gómez        Fotografías: Nuñez

 

Hoy, con 25 años recién cumplidos, puedo confesar que le he brindado en silencio a usted, José Cubero “YiYo”, más de una faena campera, donde la inspiración llena de suavidad nuestras muñecas y eleva el toreo a una categoría superior donde los más allegados, compañeros y aficionados contados disfrutan con nuestro arte y así nos lo hacen llegar con sus miradas cómplices directas a nuestros corazones. Y todo esto ha sido posible, porque aunque le asombre nací en el verano de 1.985, soy colmenareña y porque no decirlo también soy torera.

Siempre ha estado presente en mi vida porque he crecido escuchando a jóvenes y mayores sobre su trayectoria taurina y sobre todo sobre su última obra maestra que realizó la tarde del 30 de Agosto en la antigua plaza de toros de La Corredera y digo bien porque después de su marcha, años después, la plaza fue remodela aumentando su aforo pero manteniendo su esencia: el ruedo, el callejón y los corrales. Tras otro largo recorrido en la línea del tiempo la enfermería donde usted dejó impregnada su alma torera fue trasladada al tendido dos y convertida como no podía ser de otra manera en las aulas de la Escuela Taurina de Colmenar Viejo donde niños y adolescentes depositan cada tarde sus ilusiones y esperanzas en forma de muletas y capotes, su valor transformado en carretones; entre los cuales me encontraba yo. ¡Qué respeto! ¡Qué admiración! Sentía al saber que matadores de su nivel habían compartido confesiones en el patio de cuadrillas, comentado en ese mismo callejón todo cuanto sucedía en el ruedo, emocionarse con sus obras de arte intentando alcanzar sus faenas soñadas … y aún así siendo conscientes de todo lo sucedido en este lugar tan solitario seguíamos adelante pfff ¡Qué de sensaciones revoloteaban en mi interior! Y ahora desde la distancia ¡Qué nostalgia siente mi alma al evocar tantos momentos vividos en el mismo escenario años después!

Esta plaza ha sido testigo de mi quehacer torero durante las cuatro estaciones del año, de mis comienzos, de mis triunfos, de mi mayor percance: Era 23 de Agosto de 2.007, tarde calurosa y con la plaza hasta la bandera con entrada gratuita para el respetable por ser el día del desencajonamiento comienzo de los eventos taurinos de la Feria de Los Remedios, con los nervios típicos en el burladero esperando ver la cara de mi cómplice para poder hacer explícita en el ruedo toda mi tauromaquia ¡qué le voy a contar a usted que ya no sepa!, por fin sale el novillo de la vacada de Antonio San Román y tras recibirle con dos lances con el capote al tercero fui arrollada y despedida algunos metros. Aquí se volvieron a cruzarse nuestros caminos, porque aunque ya le había comentado con anterioridad lo de la nueva enfermería, aún conservaban la camilla de color verde esperanza en la que usted comenzó a soñar vestido de luces y del sueño del cual usted no se ha vuelto a despertar. ¡Qué de sensaciones encontradas pero a la vez indescriptibles sentí al tumbarme en tan singular lugar! Usted no se quedó con la espinita clavada de terminar su obra maestra pero yo siempre tendré en mi memoria no haber podido volver a rematar mi faena, fuera cual fuera mi destino. Todas estas sensaciones quedarán para siempre entre usted y yo. Y quizás mi destino me deparaba estar aquí y ahora narrándole en voz alta todo aquello que he sentido y jamás he contado a nadie, quizás porque no lo entenderían también como usted lo hace.

¡Cuánto daría por colarme en su sueño! Poder disfrutar de un ambiente más taurino del que inunda ahora las calles de esta sociedad que está decidida a coartar las libertades de las personas que aman el arte de cúchares, compartir tertulias extraordinaria junto a otros toreros, ganaderos, aficionados, críticos, etc… un sin fin de personas que respetan a sus semejantes aunque tengan ideas que difieran de las suyas, observar con cariño a esos niños inocentes que juegan al toro con pasión e imitando a sus héroes ajenos a tan intolerantes personas como sucede hoy en día, … Esta noche, al igual que muchas otras me dormiré con la esperanza de encontrarme con usted, el príncipe del toreo, para buscar nuevas hazañas en nuestros ruedos imaginarios donde las miradas, las sonrisas y las palmas son las alas de nuestras almas volando de felicidad por haber dado un natural sentido y mecido con la cintura rota. Hasta pronto torero. Hoy te brindo mi sueño.

PERFIL.

Nombre: José Cubero Sánchez.

Fechas: 16 de Abril de 1.964 en Burdeos (Francia) – 30 de Agosto de 1.985 Colmenar Viejo (Madrid).

Alternativa: 30 de Junio de 1.981 en Burgos de manos de Ángel Teruel y José María Dols Manzanares como testigo ante astados de Joaquín Buendía (Vuelta al ruedo)

Confirmación en la plaza México: 8 de Febrero de 1.982 actuando como padrino Manuel Martínez y como testigo Jorge Gutiérrez ante un encierro de Begoña (Vuelta al ruedo).

Confirmación en Las Ventas: 27 de Mayo de 1.982 en la Feria de San Isidro apadrinado por José María Manzanares y en presencia de Emilio Muñoz con toros de Félix Cameno.

Otros datos de interés:

· Alumno de la Escuela Nacional de Tauromaquia de Madrid.

· Estoqueó su primer becerro con tan sólo 11 años de edad en la localidad valenciana de Tabernes.

· Ganó el zapato de oro de Arnedo en su etapa novilleril.

· Formaba parte de la terna conocida por “Los príncipes del toreo” junto a Julián Maestro y Lucio Sandín.

· Ha salido en dos ocasiones por la puerta grande de la Monumental de Las Ventas de Madrid, una de ellas solamente habiendo cortado una oreja, rompiendo así la tradición madrileña.

· Estoqueó a Avispado después de propiciarle la cogida mortal a Francisco Rivera, Paquirri, cortándole las dos orejas el 26 de Agosto de 1.984 en Pozoblanco.

· Se anunció en todo tipo de carteles, localidades, compañeros y ganaderías, hasta que Burlero de la ganadería de Marcos Nuñez le asestara una cornada en el corazón después de estoquearle en la Plaza de la Corredera de Colmenar Viejo.

· En Colmenar Viejo hay un trofeo que lleva su nombre y se otorga al triunfador de la Feria de los Remedios. Además hay una glorieta que lleva su nombre presidida con un monumento a su persona.

· Todos los años, el 30 de Agosto, se guarda un minuto de silencio antes del comienzo del festejo taurino en recuerdo y homenaje.